
Un día empecé a sentir fuertes dolores de estómago. Insoportables. Día y noche.
Me empezaban justo en medio de la panza e irradiaban por todo mi vientre subiendo hacia mi garganta, donde se enquistaban en un nudo de sufrimiento.
Me obligaban a acostarme en posición fetal, pero apoyada en las rodillas, con el trasero empinado y la cara enterrada en la almohada, la barriga hecha un nudo de dolor, colgando en el aire, las manos engarfiadas en las sábanas. Sudaba y temblaba hasta que me quedaba dormida, y tenía pesadillas horrendas de cosas que reptaban dentro de mí, arañando las paredes de mi vientre, retorciendo mis tripas.
Entonces alguien me abrazó, y sin saber cómo empezaron a brotarme de la boca mariposas negras que estaban presas dentro de mí.
Cada cierto tiempo, necesito un abrazo para liberar mi negrura interior.
Aquí están mis brazos, día y noche. No abrazo con toda la fuerza que quisiera, pero al menos lo haré con muchas ganas.
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Sí, por favor 🥺
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Que importantes son los abrazos, todos los necesitamos, te sanan y te aportan una energía especial, buen y bonito post, un saludo 😁😉
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Abrazo grande a ti. Gracias por leerme
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Me alegra que se ahorrara pasta en médicos.
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Quien más quien menos, creo que, haciendo memoria, podría ubicar ese día especial en el cual empezó todo. Algunos aprendimos, con mucho dolor, a sacar demonios por medio de la palabra escrita. Otros han preferido protegerse. La mayoría de mis personajes, al igual que el tuyo, necesitan de un abrazo para purificarse, o de cualquier acto expiatorio próximo a la ternura.
Kykubi, me encantó la lírica que le aportan las mariposas a tu relato, hacía rato que no leía un micro tan cálido, tan conmovedor, tan expresivo y con tanta fuerza como este.
Ariel
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Muchas gracias por leerme. Me alegra que le haya gustado. Abrazo fuerte y felices fiestas.
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